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En cuanto nos enteramos de que Juan Marsé había sido premiado con elCervantes posteamos la noticia y finalizamos de esta manera un tantoirreverente, de la misma forma que él se expresa y con la indudableintención de escandalizar, de epatar, a sabiendas de que ni los años nila salud pueden hacer posible su propósito:
“…Y como anexo a la noticia diremos que en la rueda de prensa de hoy ha dicho:” el galardón me hace mucha ilusión, me voy a gastar los 125.000 euros del premio en “mujeres y vino“. Lo que no deja de ser una magnífica declaración de intenciones, a sus 75 años y recién llegado del doctor”
En la pequeña reseña únicamente pusimos unos pequeños trazos del personaje y su obra: todo lo demás lo pueden consultar en los periódicos que de manera abundante van a hablar de él o en los manuales de literatura, pero habiendo dejado zanjado el tema no hemos resistido la tentación de ofrecerles un resumen de su pensamiento político-estético-literario-vitalque puede rastrear a lo largo de su obra, pero que hábilmente y con unimaginario sacacorchos le extrae Enrique García Ballesteros:
Así opina que “una novelaes buena cuando contiene alguna forma de belleza, tanto si el devenirhistórico te da la razón como si no. La verdad que sea capaz detransmitir una novela no tiene por qué equipararse con la verdadestablecida en el mundo: su única verdad es la belleza que sea capaz detransmitir durante la lectura.“, “creo que siempre hay una relación -a veces no explícita- entre elcontexto histórico y la ficción que uno inventa, creo que esinevitable, por mucho que uno invente y por mucho que uno se proponga“sólo una buena historia entretenida”. No tengo nada contra el entretenimiento, pero prefiero las novelas que se proponen trascender ese entretenimiento.”
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