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FrayLuis de León y Luis (de Granada) García Montero en las aulas
- Publicado por Alfonso Valencia
- 13 Noviembre, 2008
- Sin Comentarios

Seguramente parecerá que somos acérrimos partidarios de García Montero, loque puede inducir al error, más bien lo consideramos un poeta moderno,encuadrado en la progresía y con valores poéticos notables como así loatestigua el gran número de reconocimientos que lleva cosechados. Aparte deestos valores tiene otros humanos, y con ellos y su palabra nos muestra larealidad bajo un prisma innovador, un punto de vista distinto, original, que amuchos nos agrada. Una visión de la realidad a través de los ojos de un poeta.
Hoy volvemos a la carga para contar el fenómeno ocurrido en su últimaclase. No es que queramos compararlo al otro poeta excelso, tocayo suyo, a FrayLuis de León y decir el manido “Decíamos ayer”, de su incorporación a lasaulas, primero porque él no llega sino que se va, segundo porque este Luisgranadino y no leonés debe ser un poco ateo en comparación con el fraile. Quizáhay alguna pequeña similitud en que ambos han sido perseguidos por la justicia,el primero estuvo en las cárceles de la Inquisición cuatro años por denunciasfalsas de sus compañeros de trabajo, dejando escrito en las paredes de lasmazmorra:
“Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
¡Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y, con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso,
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado, ni envidioso!”
El Luis profano se ha apartado voluntariamente de la docencia y sólo tendráque pagar una multa, después de que le haya prometido al juez que no volverá allamar a más a su compañero “perturbado”. Seguramente el Luis profano seguirá defendiendo sus ideas a través de las que seguirá atacando lasinjusticias diarias. La forma de ser de cada uno no puede verse alterada poruna sentencia en la que además se diga” López de Vega”, como un escritor nuevo, aunque esto no habrá queachacárselo al juez sino al secretario o al amanuense de turno.
Lo cierto es que la clase de las tres y media-observen cierta similitud conel título de aquella gran película enblanco y negro de “Atraco a la tres”, no estuvo diezmada por la incómoda horade la digestión sino que fue un aula abarrotada de amigos y de adhesiones quesintetizamos:
Tag: sociedad
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