Menudo peso se ha quitado de encima la España democrática. Desde hoy el Generalísimo Franco ha dejado de ser fallero mayor. Finalmente la Izquierda Unida valenciana se salió con la suya y los valencianos serán desde hoy más demócratas. No podemos dejar de acordarnos del sufrimiento intenso que hoy henchirá el pecho de Rita Barberá que no ha podido llevar a cabo el cumplimiento del refrán de “santa rita, santa rita, lo que se da no se quita”
Se lee en el País de hoy, 19-02-15, que el pleno de la Junta Central Fallera (JCF) de Valencia ha aprobado por asentimiento retirar el bunyol de brillants, máxima distinción fallera de la época, concedido en 1947 al entonces jefe del Estado español, Francisco Franco. El órgano rector de la fiesta, que preside un concejal de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, lo hace 40 años después de muerto el dictador.
Según han informado fuentes de la JCF, la propuesta partió de Roberto Ruiz y Antonio Parrilla Sánchez, representantes de EU en el órgano rector fallero, quienes fundamentaban su petición en la aplicación de la ley de la Memoria Histórica. En los fundamentos de derecho de la propuesta aprobada hace referencia al artículo 15 de la ley de Memoria Histórica, en el que se establece que las administraciones públicas “tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura”.
Este hecho ha provocado que Ferrer Molina escriba hoy en El Mundo:
“ES UN ALIVIO saber que Franco ya no es fallero de honor. La Junta Central le acaba de retirar tal distinción. Aunque, a decir verdad, desconocía que hubiera sido agasajado en 1947 con el Bunyol de Brillants. Quizás debería de sentirme culpable por no haber reparado en un detalle así, por más que el acontecimiento tuviera lugar dos décadas antes de que yo naciera.
La noticia me llena ahora de inquietud, porque supongo que, rastreando, podrá encontrarse algún documento que acredite que Carmen Polo fue nombrada clavariesa mayor de qué se yo qué población valenciana, con el oprobio que ello significa. Pero sí, imagino a mis dos abuelos, que combatieron por la República, extraordinariamente satisfechos allá donde estén. Por desgracia, nos dejaron hace más de treinta años por causas naturales.
Una investigación concienzuda de la Universitat ha detectado que aún quedan placas y medallas dedicadas a personajes como el ex presidente Luis Carrero Blanco, asesinado por ETA, o Adolfo Rincón de Arellano García, alcalde de Valencia. Aunque borrar la huella del segundo podría resultar más complicado: puso la primera piedra de la nueva Feria de Muestras y de la Universidad Politécnica, levantó la Estación de Autobuses, promovió la Casa de Misericordia, amplió el Palau de la Generalitat…
Dado que suprimir su legado resulta de todo punto imposible, tal vez podría compensarse tal inconveniente con algún homenaje a su padre, médico como él, aunque republicano, por lo que fue condenado a muerte tras concluir la contienda. Es lo que tienen las guerras civiles: siempre se ha dicho que enfrentan a hermanos, pero también a padres contra hijos. ¿Qué haría Adolfo Rincón de Arellano Lobo si levantara la cabeza y viera que su hijo sigue ostentando hoy el título de alcalde honorario”
De la ironía se pasa al sarcasmo de EQM:
“Con la guerracivilista Ley de la Memoria Histórica que se sacó de la manga el arruinador ZP a fin de ahondar en la herida antirreconciliatoria española y consolidar un cinturón sanitario y desvertebrador con la ‘derechona’, algunos demagogos llevan ya unos cuantos años tratando de cambiar la historia, derrotando al franquismo casi 40 años después de muerto.
La última anécdota: la Junta Central Fallera [JCF], organo colegiado de origen franquista que regula y administra las Fallas de Valencia y que fue creado en 1939, nada más finalizar la Guerra Civil y por el Ayuntamiento franquista, siendo Alcalde Joaquín Manglano y Cucaló de Montull, barón de Llaurí y de Cárcer, acaba de retirar el Bunyol de brillants [Buñol de brillantes] al general Francisco Franco, que, imagino, no se lo llevaría a la tumba prendido en la solapa.
Tal honor le fue concedido en 1947, es decir, hace ya 68 años, siendo Alcalde Juan Antonio Gómez Trénor, conde de Trénor. Un año después, la misma Junta concedió el Bunyol de Esmeraldas a la Virgen de los Desamparados, con motivo de la celebración del 25 Aniversario de su Coronación.
Espero que de la aconfesionalidad constitucional no se pase al laicismo militante y se la quiten a ella también. Lo que no me explico es por qué la JCF no ha aprovechado para autodisolverse y dar paso a un proceso de democratización que refunde tal órgano y recupere las esencias de aquel ‘[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]‘ que nació en 1928.
Y, ya puestos, los medios que apoyaron casi medio siglo el franquismo, podrían pedir también perdón por ello, devolviendo todos los honores recibidos y -qué sé yo- declarando vergonzantes y anulando las miles de portadas laudatorias del ‘Caudillo’.
O sea: hay que tener mucho tiempo libre y mucho desprecio a la Historia para dedicarse a tales desvergüenzas, además, discriminatorias: a los líderes de la izquierda derrotada o al mismísimo Demonio, en el Retiro de Madrid, ni tocarlos”
PD. Una de las imágenes que aparecen, si el sistema acaba soportándola, corresponde a la Falla de la Plaza San Gil, en 1919
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