


Y nada mejor que elegir para rematar que un post gráfico en el que sean sesudos humoristas los que editorialicen y resuman el espíritu navideño y lo que esperan del nuevo año: el primero es un jarro de agua fría para los que creen que esa oleada de buen rollo que inunda los días navideños es auténtica y no algo artificial. O en todo caso debería extenderse al resto del año para que en un futuro fuese más creíble.
Forges ironiza sobre el incumplimiento de los proyectos que haremos esta convencional noche y que incumpliremos, como dejar de fumar, aprender inglés y adelgazar. Romero se burla de la supuesta paranoia de Rubalcaba-el que avisa no es traidor-: topos en todas la organizaciones siempre los ha habido. Y el nonagenario y genial Mingote, desde su privilegiada atalaya, nos desea felicidad, dentro de lo posible, dentro de lo previsible.