Tenemos esa ligera sospecha sobre todo a raíz del discurso que don Juan Carlos I ha leído este año para saludar al Año Nuevo y despedir el Viejo. Una inquina que viene de atrás, dicen que porque fue uno de los que, en unión de su bestia negra Gallardón, contribuyeron a que Rouco y sus hermanos… obispos lo echaran de la COPE.Despuésse ha ido creciendo con las últimas desgracias reales y se ha hartado de pedir su abdicación. Qué grande es la libertad de expresión en esta España. Seguro que no se hubiese atrevido a tanto el ciclón de Orihuela del Tremedal, alias el Pequeño Taliban de las Ondas, en tiempos de su retatarabuelo Fernando VII , el Felón.
Losantos en su blog ha arremetido contra los discursos del Rey y de Rajoy a los que califica de esperpénticos. Al 2º lo despacha pronto: “Ni una idea, ni un plan, ni una fecha, ni una esperanza. Nada de nada de nada”. El ensañamiento, pues, es con el Monarca:
“Los castizos llaman ya 2012+1 al año que viene y el Rey Castizo que padecemos, por llevar la contraria, emitió un a modo de discurso televisado como si fuera de 2012-1, o sea, de antes de la urdangarinada. Yo creo que a partir de ahora deberían emitirse siempre el 28 de Diciembre. Así lo exige el afán de embromarnos, la irrefrenable propensión a la inocentada del inquilino dela Zarzuela. Estemal llamado año, que así denominaba su retatarabuelo Fernando VII a los del Trienio Liberal, que según el Felón, ni llamarse años merecían, hay que reconocerle a Juan Carlos I dos cosas: el esfuerzo innecesario y la falta del sentido del ridículo. La puesta en escena o continente del contenido era vieja hace medio siglo y no llegó a arcaica. ¡Mira que hacer como que leía unos folios que luego no leyó! ¿Y fingirse sorprendido por las cámaras antes de acometer por telepronter del discurso? ¿A qué tanta ridiculez? ¿Qué genio tuvo la idea de colocarlo como sirena varada en la esquina de una mesa, con un contrapicado de entrepierna que parecía el escaparate de una tienda de ortopedia de 1947? ¿Pues y cuando hacía como que se movía para cambiar de cámara, y parecía que chirriasen las junturas? ¿No se podía sentar, el pobre, o es que no se podía levantar?
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