La estrella de Zapatero, según todos los indicios,está llegando a su fin, por mucho que ore junto a Obama, por mucho queúltimamente no nos esté castigando la sensibilidad con expresiones comoque los vientos son los que dominan la tierra, -lo de la alianza decivilizaciones tiene cierto pase: hay que intentarlo aunque sea a basede mandar cada vez más tropa a territorios de infieles-, ni que laPajín haya vuelto a inventarse conjunciones astrales en la que lossoles sean Obama y Zapatero, y está llegando a su fin porque estásiendo cada vez más cuestionado dentro de su propio partido por lasbases y por algunos barones, en activo o jubilados, porque lasencuestas así lo indican y porque la economía está hecha unos zorros.
Quizá sea un bien para España un cambio de gobiernoaunque no sabemos lo que nos deparará si está compuesto por eltaumaturgo Montoro , la inexplicable Cospedal o el implacable GlezPons-esperemos que el desahogado Trillo no vuelva a tener competenciasde Gobierno-.
Un cambio de gobierno, pues, parece avecinarse pormás que el hipotético futuro presidente Rajoy, no haya conseguidoaprobar nunca ante la opinión pública. La gente quiere cambio pero nosabe qué líder lo va a capitanear, ¿Alguien como Aznar que ahora va aser investigado por los 3 millones de euros que hizo que nos gastáramosen obsequiar a un lobby estadounidense para que le gestionaran unamedalla del Congreso de EEUU, algo que nunca se consiguió?. A ver loque dice el Tribunal de Cuentas: nos vendrían muy bien para aliviar lasituación de un montón de parados.
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