Algo que ha pasado por alto nuestra más famosa folklórica, otrora viuda de España y en los últimos tiempos novia de Julián Muñoz, uno de los últimos condenados por el caso Malaya.
Nada menos que en una portada de la revista Hola, la revista de revistas del corazón-glándula o motor donde dicen reside el amor-la más prestigiosa de todas, nos ha llegado la noticia de que, finalmente, en “una excepcional entrevista” como, haciendo gala del autobombo que la caracteriza, dice la misma revista, y para más INRI en vísperas de San Valentín, a quien El Corte Inglés adjudicó hace tiempo el patrocinio de todos los enamorados que en el mundo ha sido, dice las fatídicas palabras para Julián Muñoz: “Mi relación con Julián ha terminado. Ha sido una decisión muy dolorosa”.
Atrás quedan unos años en que previamente habían mantenido una relación adulterina-nos encanta resucitar viejos términos del antiguo Código Penal y Derecho Canónico-, que continuó después pues “nunca casaron”, ni por la vía civil ni por la eclesiástica, algo metafísicamente imposible al non existir anulación religiosa del vínculo matrimonial y no estamos seguros de que tuviera “los papeles del divorcio” de su esposa o ex esposa Maite Zaldívar, que durante los últimos años ha recorrido innumerables platós paseando su rencor de su abandono, su nuevo novio treintañero por las calles de Marbella, conduciendo lujosos deportivos y cobrando grandes sumas por escenificar ante el país sus miserias y las de su entorno.
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