
Se me ha ocurrido calificar el nacionalismo catalán, cada vez más el separatismo catalán, para qué nos vamos a engañar, con dos acepciones que hace la RAE de “rampante”, la 3ª (trepador, ambicioso sin escrúpulos) y la 4ª (ascendente, creciente) ¿O es que el separatismo actual catalán – el vasco está a la espera de acontecimientos- no es trepador, ambicioso y creciente, llevado de las manos del pseudo Martin Lutero King?
De momento solo la vice Soraya Saénz de Santamaría parece – a la espera de que, según Losantos, el Mudito de la Moncloa se manifieste-, ser el único dique que le están poniendo al separatismo de la butifarra, es decir, la Constitución. Segúnla Carta Magna sólo estarían pidiendo el derecho a decidir, o sea , a independizarse, el 1,33 % de los españoles, los mismos que han formado la Vía Catalana que ha tenido la osadía de llegar al término de Vinaroz, de tan grato recuerdo para las fuerzas golpistas en el 36.
Esta especie de denso silencio del Gobierno del Estado, si acaso roto por e García Margallo, nuevo portavoz de los éxitos del separatismo catalán: “La Diada fue un éxito”, está sentando muy mal a algunos comunicadores, como el belicoso y carente de freno –y de frenillo- Federico Jiménez Losantos que le ha dedicado en El Mundo del 13-IX un artículo titulado La mayoría muda, en referencia a la mayoría silenciosa de la que hablaba Soraya Sáenz de Santamaría:
“Con quien trata el Gobierno que vicepreside Soraya es con los ruidosos enemigos de España mientras que a los silenciados por la horda separatista los tiene encerrados en el cuarto de los ratones, para que sus gemidos no estorben los «encuentros discretos» con Artur Mas”
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