El partido de esta tarde en el Nou Camp cuando el Barça supera al Madrid en 8 puntos – si ganaran los culés la liga estaría prácticamente decidida- se presenta bastante calentito. Para alegría de Mas, dela Assemblea NacionalCatalana y demás pijoapartes, como diria diría el catalán Juan Marsé, de los grandes novelistas en español, el partido de futbol de la máxima rivalidad –como dice Piqué es solo un parido de fútbol, no una guerra entre España y la región catalana-, amenaza con convertirse en un plebiscito.
Ya en el minuto 17 más 14 segundos la ANC ha propuesto que el público asistente a los estadios coree el grito clásico del independentismo ”In-Inde-Independència” , “Tots els camps són un clam per la independència“ (“Todos los campos son un clamor por la independencia”).
¿Lo harán así los cerca de 100. 000 asistentes al encuentro? Nos extrañaría`porque muchos charnegos-de nuevo se está desempolvando esta palabra de una manera despectiva e intimidatoria- han manifestado que de independencia por ahora nati (curioso y castizo vulgarismo malagueño), también lo ha dicho el viejo zorro Felipe González: nadie se va a independizar ahora mismo y en esta coyuntura.
Se debe abrir un diálogo pacífico, piensa el bloguero, el último de la fila, en el que no estén oportunistas como el elegante Más –lo digo por el impecable terno que siempre porta- o el nuevo visionario Urkullu, el de la selección euskalduna para 2020, en el que se discutan unas nuevas leyes que contemplen la escisión: si quieren irse –si me queréis irse, como decíala Lolade España y no la de Merimée-, y una buena mayoría lo desea… Al enemigo que huye puentes de plata. Que se vayan, pero no porque lo digan unos políticos ahítos de dinero y de protagonismo o porque una banda terrorista haya estado sembrando de cadáveres, casi siempre de gente del pueblo, toda la geografía española, y ahora esté en las instituciones por los inescrutables designios de la democracia, o porque lo diga el talibán , fabricante intensivo de separatistas, Losantos, que por si él fuera echaría hoy mismo de la competición al Barça.
Por otra parte y volviendo a los terrenos de juego, nos sorprende que hayan elegido el minuto 17 más 14 segundos: esos números forman el año de 1714, un año de derrota, de la derrota de las tropas catalanas durante la Guerra de Sucesión Española a cargo del Borbón Felipe V de España (ellos habían apoyado la dinastía de los Habsburgo), que tuvo como consecuencia , la aplicación de los Decretos de Nueva Planta que abolían las instituciones propias del territorio (como ya había pasado en Aragón y Valencia. Elegir esta fecha de derrota podría suponer un mal fario para el Club de Fútbol.