También denominan al nuevo Gobierno en Andalucía, salido de una mayoría absoluta de votantes de los partidos que están a la derecha del PP – unos 2 millones- como “coalición social-comunista, sabedores, desde luego, del tufo que adquirieron esos dos términos, ahora unidos para la descalificación, entre los que vivieron casi completos los años de la Oprobiosa, en que tanto Carrillo como La Pasionaria eran en aquellos tiempos seres infernales, no carentes de los preceptivos rabos y cuernos. En general ningún respeto para los votantes que han hecho esa elección.
Fíjense cómo estará ahora la ultraderecha ante la entrada en el gobierno andaluz, con sus carteras y todo, de aquellos comunistas, descendientes de los chekistas… como no cesa de decir Losantos. Lo que extraña de esto es que seres tan simpáticos, como Carlos Herrera, se haya tomado tan mal ese indecoroso contubernio que lo va a gobernar a él,andaluz de nacencia y, seguramente empadronado en Sevilla, que lo lleva decir en su ABC, y desde el cabreo del que hace gala en la radio
“Desde hoy se perpetúa un régimen en el que la corrupción, el amiguismo y los nichos subvencionados han sido pan nuestro de cada día. Por si fuera poco, el papel de guardia mora se le reserva a una formación, Izquierda Unida, que ha presentado a la población un programa que parece entresacado del más severo de los museos de los horrores”
Está haciendo Charles Herrera demasiados méritos para ingresar en el anexo que ya está escribiendo Izquierdo de los“Jinetes del Apocalipsis”. Pero quien se lleva la palma es Carlos Dávila, director de La Gaceta, a la que previsiblemente le quedan pocos días al enfrentarse a un masivo despido de redactores, que ve así el experimento andaluz:
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