Al igual que en el resto del Estado, el gobierno de la otrora próspera y modélica región catalana pretende jibarizar a marchas forzadas el estado de bienestar – el paro ronda ya el 24 %, con lo que se acerca peligrosamente a la media nacional- atacando sañudamente tanto la sanidad como la educación: hoy sin ir más lejos ha habido una protesta que, bajo el lema de ‘Defensem l’escola bressol’, reivindicaba la continuidad de la guardería del Valle de Hebrón –disculpen la grafía castellana- que, a causa de los recortes, ha dejado de ser subvencionada por la Generalitat e innumerables medidas de esta índole conducirán inexorablemente hacia la privatización sanitaria, casi un calco de lo que se está haciendo en Madriz, la que los roba…
Asimismo los tres sindicatos con mayor peso en la administración pública catalana (CC OO, UGT y CATAC) han asegurado que la Generalitat prepara el despido de “miles de trabajadores interinos” en los próximos meses.
Con todo este sombrío panorama no deja de sorprendernos los nuevos dispendios que se anuncian en tan depauperada región del Nordeste patrio:
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