De “los inquisidores del siglo XXI” al tensiómetro del caso Marta
Este comentario vespertino lo vamos a limitar sólo a dos ¦0¦de las muchas que se producen a lo largo de una jornada, así desechamospor ejemplo la que se hace eco de que el número de militares afectadospor la “gripe nueva”-así la denomina El Mundo- asciende a 18, o sea ,que el número va en aumento, y la del “subidón” que estáexperimentando el cabeza de lista de la candidatura IniciativaInternacionalista-¦1¦entre los Pueblos (II-SP) a las elecciones europeas, Alfonso Sastre, alcongratularse por el “insólito resplandor democrático” que supone paraél que el Tribunal Constitucional (TC) haya permitido la presencia deesta lista en los comicios del 7 de junio, con el objetivo de llevar alParlamento de la UE, “ideas revolucionarias”, alegría que ha sidocompartida por el ex recluso Otegi.
Así la primera seleccionada es aquella que constata la presencia derestos de ADN tanto de Miguel como de Marta en un tensiómetro halladoen el piso de León XIII en el que, supuestamente, ocurrieron los hechos que desembocaron en la muerte de la joven de 17 años.
Los expertos de la Policía dicen que hay pruebas indubitables de queel mencionado tensiómetro estuvo en contacto con la menor y con suasesino confeso y no con terceras personas, de las que no hay rastrosgenéticos, lo que avala la confesión en que Miguel y el menor habríangolpeado, amenazado, violado y asesinado a Marta y que utilizaron eltensiómetro para comprobar si seguía con vida después de estrangularlacon un cable: Miguel sería el que se encargó de verificar lasconstantes vitales de su ex novia, puesto que del menor no se hanhallado restos biológicos.
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