
En España abunda gente con el rostro de cemento. Se da en todos los estamentos pero los más llamativos por aquello de su exposición al público son los políticos y periodistas. Ahora me viene a la memoria el andaluz Arenas que acaba de pedir por la radio una especie de unidad nacional, incluida la oposición, para sacar el país adelante. Y lo dice ahora y no durante estos siete años pasados en que no ha hecho ni una sola aportación a la gobernabilidad de la comunidad autónoma sino todo lo contrario, aunque en esto ha sido fiel escudero de aquel que lo elevó a la política nacional –José Mari Aznar- que, en el momento en que pisaba tierra extranjera, comenzaba a denigrar automáticamente de sus gobernantes, que tenían sumida a España en la ruina, lo que suponía una contribución más a esa pérdida de confianza que nos tiene al borde del abismo económico.
El otro rostro de dureza diamantina es Federico Jiménez Losantos que se siente ofendido y atacado por todos y por eso ha escrito “El linchamiento” donde cuenta que ha sido víctima de los abusos de miles y miles de seres malvados: políticos, obispos, periodistas, jueces y un largo etcétera.
La última que ha osado atacarlo ha sido Maria Antonia Iglesias en la Noria que dijo de él: “Es imprescindible barrer de la faz de la tierra a gente como ese señor que habla de navajas, cuchillos, en un talante absolutamente chulesco, guerracivilesco. Para que este señor encima no pueda hacerse la víctima, cuando digo eliminarlo lo digo en el sentido metafórico y democrático, que la gente de alguna manera le dé la espalda. A ver si va a decir que yo le he amenazado”.
Desde su emisora Losantos considera que esta petición (metafórica) de eliminarlo es un “homenaje a la Inquisición y a la Cheka”
Tag: periodismo
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