
Lo último que ha trascendido en el juicio por el asesinato y muerte de Marta del Castillo es la versión de la policía acerca de unas confesiones o declaraciones que les hizo el Cuco durante un traslado desde el centro de menores de Jaén hasta Sevilla.
Cuando los agentes le dijeron al menor que se habían encontrado restos de ADN suyos mezclados con los de Marta en el piso de la calle León XIII de Sevilla se derrumbó “y comenzó a llorar como un niño
(sic) y balbuceó que la noche del crimen estuvo en el piso de León XIII
y vio a Marta con mucha sangre”. En esos momentos afirmó que quería
declarar pero cuando se encontró en el Juzgado de menores guardó
silencio. También llevó a los policías a distintos puentes sobre el
Guadalquivir para decirles por dónde habían arrojado a Marta aunque no
concretó el lugar: puede que al haberlo hecho de madrugada y con el
stress propio del caso no lo recordara. Parece que la primera versión,
la de que fue arrojada al río es la que tiene más fuerza.
También el Cuco parece haber olvidado que en su día reconoció
que la navaja que fue localizada en una alcantarilla situada junto al
piso de León XIII era suya y que se la había regalado a Miguel. En la
última versión de Miguel Carcaño aseguró que la navaja la utilizaron él y
el menor para amenazar a Marta y violarla, luego la estrangularon con
un cable.
Tag: sociedad
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