Esa es la clave de por qué el pueblo
español está aferrado a la televisión basura y
por qué las dos Españas están divididas en torno al Madrid y
el Barça: porque somos o vamos a ser gobernados por gente
irreflexiva y que tiene la boca sin ningún
tipo de brida que controle lo que sale de ella, porque un político que
ha tenido grandes responsabilidades de gobierno y que amenaza con volver
donde solía ha lanzado unas acusaciones de ese calibre: un grupo
mafioso compuesto por policías, fiscales y jueces están fabricando las
pruebas del caso Gürtel – en el que él mismo está inmerso ya
que Correa ha afirmado que (Cascos) es su amigo del que ha recibido un
contrato de AENA- para perjudicar al PP.
Esto lo ha dicho a Carlos Herrera, en una de esas amables
entrevistas que hace a los de su cuerda, y sin ningún gesto
sorpresivo de su parte. Si lo ha manifestado previsiblemente en un
calentón propio de seres de temperamento colérico y no tiene pruebas
solventes hay que convenir en que en esta España hay gente que puede
decirlo todo, quedándose tan fresco y seguidamente ir a pescar el
campanu de rigor, como el Caudillo.
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