
Una vida que al parecer no está reñida con las profundas creencias católicas de las que hace gala, unas raíces cristianas que son perfeccionadas además por su fe ciega en los dictámenes de Sumo Pontífice, ni con la situación de precariedad en la que se mueve la grey divina, modus vivendi del que ya fue acusado el Reycumplidamente y del que pidió disculpas. A todos los jerarcas y gente que disfruta con el dinero público, habrá que suplicarles fervientemente: “sobrii estote”, permaneced sobrios, que no está la fiesta para muchos farolillos.
Y una vez que se ha levantado la liebre hay que apechugar con las consecuencias y admitir que los francotiradores, como Nacho Escolar, cobren su pieza:
“Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo de un país aconfesional llamado España: “Solo en amar a Cristo y hacerle amar, en una vida coherente y cabal, se encuentra la única y verdadera Justicia”. “En cualquier caso, los católicos obedeciendo al Papa nunca nos equivocamos”. “Sólo Dios, el Bien Supremo, es la base inamovible y la condición insustituible de la moralidad”.
Más allá de Dios, del amor a Cristo y del mismísimo Papa, algunas preguntas, hoy más pertinentes que nunca. ¿Qué clase de justicia es aquella que carga fines de semana en hoteles de lujo a cuenta del honrado contribuyente? ¿Qué moralidad permite al presidente del Supremo ejercer la “semana caribeña”: trabajar solo tres días y pasar los cuatro restantes a todo tren con el dinero público en Marbella? ¿En qué estaba pensando Zapatero cuando decidió nombrar a este integrista católico de hoy dudosa ejemplaridad al frente del máximo tribunal español? ¿Es normal que el principal responsable de los jueces españoles publique en la revista de una asociación filofranquista: Hermandad del Valle de los Caídos? ¿Qué diríamos si un juez defendiera –por comparar– que solo en el amor a Mahoma y en la obediencia al imán de La Meca está la verdadera justicia?”
Otra versión de los hechos:
El vocal del Consejo General del Poder Judicial y catedrático de derecho penal, José Manuel Gómez Benítez, ha puesto una denuncia en la Fiscalía General del Estado contra el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, por una supuesta malversación de fondos públicos: haber pagado con fondos públicos, por un valor de casi 6.000 euros, el importe de seis viajes de fin de semana a Marbella, entre septiembre de 2010 y noviembre de 2011, viajes sin relación con actividades vinculadas a su cargo como presidente del Tribunal Supremo ´lo que conllevaba también el desplazamiento a Marbella de varios escoltas con unos gastos que sobrepasaban los 20.000 euros.
Tag: sociedad
Comparte este artículo
Continúa leyendo...