Burgos, Garzón y cosas el corazón



Basta que un personaje polémico como es el juez Garzón tenga unaocurrencia que, a nuestras cortas luces, parece inviable- por locompleja y porque peca de parcialidad- para que comentaristas de todo tipo y sobretodo de la brigada mediática que le hizo la vida imposible a Rajoy,siguiendo con el símil militar, dispongan toda su artillería pesada enforma de palabras escritas o de voces airadas, en su contra.Y aunquetodas adolecen de enemistad manifiesta hacia el magistrado, por lomenos son serias y fundamentadas, incluso con humor del bueno como puede ser la de Raúl del Pozo en su columna de El Mundo y no con el humor chufletero de Antonio Burgos, uno de los graciososoficiales del ABC, que en algunos casos maldita la gracia que tiene osupongo que sí se la verán los que le publican esas sandeces, a veceshirientes, porque si está hablando de Garzón a qué viene ridiculizar ladespejada frente de Sheila Dúrcal, después de poner como chupa dedómine al recipiendario del delirante artículo que comienza así:
“CAUTIVO y desarmado el Ejército Nacional gracias a la Ley deMemoria Histórica, españoles, la guerra no ha terminado, sino que ahoraes cuando de verdad empieza. Ese juez que no conoce nadie, hombremodestísimo, modelo de humildad, al que no le gusta en absoluto saliren los periódicosni en la tele, que da conferencias gratis por el extranjero pagándoseel viaje de su bolsillo y que se llama Baltasar Garzón, tras culminarprovechosamente su gloriosa hazaña de pedir responsabilidades por losmuertos (de un solo bando) de la Guerra Civil, y tras procesar algeneral Mola, y encarcelar a Cabanellas, y condenar a Franco a bastantemás años de cárcel que a Juana Chaos, y tras poner en busca y captura alos pilotosde la Legión Cóndor que bombardearon Guernica, ha tenido la ideafelicísima de no pararse en barras y, ya que se trata de la guerra,explotar el éxito de la hodierna victoria de los rojos sobre losnacionales….”
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