Para un servidor los dos personajes claves del fin de semana han sido sin duda Caballero Bonald, por haber sido premiado con el Cervantes 2012 y la princesa del pueblo, Belén Esteban, uno de 86 años y que figura con sobrados méritos en el Olimpo de los dioses literarios y la otra, casi cuarentona, desaparecida un trimestre del mapa por las razones que ella misma expresa y que vuelve, no sabemos por cuánto tiempo, de nuevo sin su Fran, del que se ha separado por enésima vez, en una maniobra televisiva más de su jefe Paolo Vasile, en un intento de que su gallina de los huevos de oro particular le siga siendo rentable.
La una, Belén Esteban, la sacada del anonimato por el torero Jesulín de Ubrique,la Florde San Blas, ahora vecina del pueblo de Paracuellos del Jarama, congregó ante el televisor a 2,7 millones de espectadores – no sabemos cuántos habrán leído “Ágata ojo de gato” de Caballero Bonald- para la entrevista que le hizo Jorge Javier Vázquez que llenó la noche del viernes de suspense ante los propósitos y nuevo look de la princesa del pueblo, sin entrecomillar, y que el feroz crítico televisivo Javier Pérez de Albéniz vio así:
“ Ha vuelto a la televisión tras tres meses de reflexión, 300 gramos de botox y un mínimo de 30.000 euros después, convocando a 2,7 millones de espectadores la noche del pasado sábado, consiguiendo paraTelecinco una excelente audiencia del 20,2%, cifra que doblaba la de sus rivales, Antena 3 y La 1 (TVE).“No quería ser un juguete roto”, dijo la buena mujer. Tras un nuevo recauchutado y con 16 kilos más de peso, Esteban confesó ser “adicta a la vida”.
“He hecho terapia”, dijo la llamada reina del pueblo, que habló de análisis toxicológicos negativos, de su divorcio, de que lleva faja, y de que quiere” transmitir a la gente que se puede salir de todo”. La noticia del retorno de Esteban se convirtió, lógicamente, en la más leída de diarios tan prestigiosos como El Mundo.“Antes me veía fea, pero ahora la fea se ha vuelto cisne”, sentenció Esteban acariciando el talón que acababa de recibir de Telecinco. Las fuentes más fiables hablaban de que había cobrado por esa aparición 30.000 euros, pero las más generosas inflaban la cifra hasta los 80.000. Mientras veía la entrevista, tiempo tirado a la basura, tenía sobre las rodillas un diario con la siguiente noticia: “Los recortes en investigación paralizan la vacuna española contra el sida”
Continúa leyendo...