
Seguramente estas declaraciones de Aznar, desde anoche constituido en jefe de la oposición bis al actual Gobierno, habrán complacido al ala más dura y retrógrada del partido. Rajoy no hubiera imaginado ni en la peor de sus pesadillas el golpe bajo que recibió anoche de aquel que lo impuso digitalmente al partido, ni nadie se esperaba que el creador de la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a deber un billón de euros, el componente del trío de las Azores que nos metió en una guerra criminal, el amante de fastos imperiales para uno de sus vástagos que congregó a más de mil invitados entre los que se encontraban todos los cabecillas de la posterior trama Gürtel, que derramó regalos sin cuento, se postulara como el primer salvapatrias español del siglo XXI.
Entre las primeras reacciones destacamos la de la periodista Pepa Bueno, que en su programa de la CadenaSer, Hoy por Hoy, Aznar: ego, deslealtad y desmemoria, oir aquí, afirmaba esta mañana:
“José María Aznar traspasó anoche en su entrevista en Antena 3 varios límites: por ejemplo, el de la lealtad, que se presupone a un político y hombre de partido. O el de laprudencia, recomendable a quien durante años convivió con tramas de presunto enriquecimiento ilegal como laGürtel en los alrededores del PP y pelotazos inmobiliarios en cajas de ahorros dirigidas por amigos suyos puestos a dedo o teledirigidas por políticos de su partido. Se llama desmemoria selectiva.
Con la valiente estrategia del sálvese quien pueda, Aznar se limitó a asegurar que él nunca cobró sobresueldos y que puede explicar la legalidad de todos sus ingresos. Aunque no se comprometió a enseñar sus declaraciones de la renta. Sobre el resto de dirigentes populares, Rajoy incluido, fue más tibio y no puso la mano en el fuego por ninguno.
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