
Utilizando un calificativo más suave que el empleado por Mónica Naranjo en Sobreviviré pero que intenta ser una somera descripción de nuestra realidad, una vez acabados los fastos por la consecución de un segundo campeonato de Europa, con una copa del Mundo intercalada. Oficialmente somos los mejores del orbe en esas pasión de las masas que es el fútbol gracias a un grupo humano cohesionado por el caballero –auténtico- Del Bosque del que no hay que ignorar que el mejor equipo del siglo XX, el Real Madrid, lo ninguneó en su día, pese a haber conquistado una copa de Europa de club –después vendrían una copa del Mundo y la reciente copa de Europa-, lo que demuestra la sabiduría futbolística del financiero Florentino que después contrataría a su antítesis, es decir, el tal Mourinho.
Tenemos que dar las gracias por esa ilusión que han despertado en tantos millones de españoles, tanto a Del Bosque como a los futbolistas seleccionados, entre los que destacamos a unos locos bajitos, todos por debajo del 1,70 de estatura: Matas, Silva. Pedrito, Xavi Hernández, Iiniesta, Alba, Cazorla…
Mientras se ha celebrado la Eurocopa los graves problemas que atraviesa la sociedad han quedado algo paliados, e incrementado el sentimiento de orgullo de pertenecer a una nación que tanto destaca en el deporte, a la espera de volver a ser en lo económico la gran potencia que le corresponde.
Cuando aun resuenan los ecos de la celebración en la Cibeles, otros nos recuerdan esa cruda realidad , como Arturo González, en Público:
“Es tal el contento que la victoria de España en la Eurocopa de fútbol ha provocado en la inmensa mayoría de ciudadanos, con la llamativa pasión de los jóvenes enrollados en la bandera, que cualquier otro asunto resultará irrelevante durante un tiempo. ¿Quién se va a preocupar porque Guindos haya dicho ayer, el mismo día de la final, que la recesión se agrava y la caída del PBI será superior al 3%? Los españoles no están para disgustos, y hay que reconocer que el fútbol al menos nos proporciona esta evasión legítima y útil, esta alegría en vena. ¿A quién le preocupa la fuerte subida del IVA que se anuncia inminente y que nos empobrecerá en lo más necesario para vivir? Oé, oé, oé. ¿Incluso quién ha pensado esta noche que Valencia es una falla ardiente de sus árboles? ¿Quién se va a preocupar porque los medicamentos ya haya que pagarlos, amén del óbolo de un euro por vez, recordando con fruición los goles de Torres, Silva, Alba y Mata? ¿Quién apagó esta noche la luz innecesaria para ahorrar ante la segunda subida del año que nos propinaron desde ayer, día de la victoria? ¿Quién hablará hoy en el curre de hipotecas, carestía de la vida y sombrío futuro? Casillas apenas tuvo trabajo y bailaron a los italianos, un goce para una semana por lo menos.