

En su afán por atacar a
la Junta de Andalucía aprovecha la más mínima ocasión para arremeter
contra ella y contra cualquier proyecto que emane de la misma, aunque tenga que abatir a los linces, a las águilas y al resto de especies amenazadas que se pongan por medio. Es de esperar que esta furia infernal y desbocada desaparezca cuando Arenas quede entronizado en elpalacio de San Telmo, en las riberas del Guadalquivir, después de 30 añitos de paciente espera. Quizá entonces las águilas y los linces podrán respirar tranquilos y Antoñito estará
menos indignado “por los millones de euros que se gastan en la
recuperación de especies amenazadas, con 5 millones de parados, un
déficit de caballo y una deuda grecoportuguesa”
Todos sus argumentos están desarrollados, como es habitual en él, con “lenguaje zafio, grosero, tabernario y chanflón…” – José Mª Izquierdo- cuando no hay duquesas ni toreros ni casa real por medio:
“A mí del fraude del águila imperial de los huevos de oro no me preocupan los tíos que trincaban la tela cobrando
la subvención por cautividad de las nacidas en campo libre. Total, eso
es un ERE Imperial, como el rioja de CVNE o el fino jerezano de
Paternina. Lo que me indigna es que con 5 millones de parados, un
déficit de caballo y una deuda grecoportuguesa, derrochen millones de
euros en la recuperación de especies amenazadas. Chorrea sangre que
exista toda una Red Andaluza de Centros de Recuperación de Especies Amenazadas. ¿Cuánto costará eso al año? El parado, por lo visto, es una especie que no está en absoluto amenazada.
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