Este no es nuestro José Bono, que nos lo han cambiado, o en todo caso puede haber ocurrido que Santa Maravilla, en el mundo María Maravillas Pidal, haya obrado en él, en agradecimiento a sus desvelos para la colocación de una placa en su honor, el milagro de la moderación, de la disculpa de los fallos ajenos, en este caso del grito de Tardá, en que arengaba a su enfervorizados acólitos pidiendo para el Borbón la muerte, aunque ahora se remita a comienzos del siglo XVIII, a la guerra de Sucesión y a toda a la dinastía borbónica, que finalmente llegó a gobernar en España en detrimento de la de los Austrias, que ya son ganas de despistar al personal, grito que le ha valido, exceptuando la justificaciones de Bono, que la derecha se haya movilizado con rapidez ante la exclamación del supuesto magnicida en sus deseos que el pasado sábado gritó en un acto de su partido “¡Muerte al Borbón!”. Tanto el Partido Popular como Ciudadanos han exigido a la Fiscalía General del Estado que intervengan contra el diputado republicano por amenazar y desear la muerte del Jefe de Estado
Y esta mañana Federico que ha cogido a los dos por banda, a Bono y a Tardá, es el se ha despachado a gusto, como suele, y hasta se ha llegado a meter, entre otros como pueden comprobar en el audio , con el nuevo look en cuanto al negro pelo, que tacha de peluquín y de exceso de negrura, dándonos de paso toda una lección en cuanto al porcentaje de éxitos y de fracasos que suelen tener los implantes capilares, que en Bono han resultado ser un éxito.
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