Alan Sillitoe: “La soledad del corredor de fondo”

Así comienza La soledad del corredor de fondo de Alan Sillitoe, autor inglés recientemente fallecido, que siendo un adolescente es ingresado en un reformatorio por un robo y donde recuerda su vida cotidiana en uno de los barrios bajos de Londres, su pobreza y la inevitable caída en la pequeña delincuencia que le conduce a la cotidiana carrera huyendo de la policía:

“…Nada más llegar al reformatorio me hicieron corredor de fondo de
campo a través. Supongo que los tíos pensaron que estaba hecho para ello
porque era alto y delgado para mi edad (y todavía lo soy) y, de todos
modos, no me importó demasiado, para decir la verdad, porque correr ha
sido algo que en nuestra familia se ha hecho mucho, en especial correr
para escapar de la policía. Siempre he sido buen corredor, rápido y de
zancada larga además; el único problema es que por más rápido que
corriera, y aunque sea yo mismo el que lo diga, hiciera un buen esfuerzo,
no conseguí evitar que los polis me agarraran después del asunto aquel de
la panadería”

Mencionamos este relato breve, cuyo título original es THE LONELINESS OF THE LARGE-DISTANCE RUNNER, traducido por Mariano Antolín Rato, a lo largo de 38 páginas porque lo consideramos su obra más representativa -el director Tony Richardson la llevó al cine en 1962 con Tom Courtney de protagonista, la hizo famosa- porque es donde mejor se representa sus orígenes humildes que contribuyen a que sus obras sean consideradas rebeldes y en las que refleja su conciencia de clase y por las que se convirtió en el novelista emblemático de la posguerra británica que retrató una Inglaterra gris casi dickensiana. 


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