Hace unos 32 años Roman Polanski al parecer se dirigió a una niña de 13 años a la que convenció para que lo acompañara a casa de Jack Nicholson-aquí se podría intercalar el chiste fácil de “entre pillos anda el juego”- para hacerse unas fotoscuando lo que hizo en la práctica tan famoso sujeto fue darle drogas,violarla y sodomizarla. Por aquella época ya era un famoso director de cine.
Los padres de la niña se querellaron contra él por tales actos, sedeclaró culpable de “relaciones sexuales ilegales”, por lo que fueenviado a prisión en “evaluación” durante tres meses, pasados loscuales quedó en libertad bajo fianza y huyó a Europa, hasta hoy en díaen que su víctima de unos 43 ha pedido que se archive el caso y nosabemos si llegó a cobrar el medio millón de dólares que le ofreció elcineasta para que lo perdonara.
Ahora ha sido detenido en Suiza, donde espera su extradición a Estados Unidos, con gran escándalo para casi todo el mundo del cine y para el gobierno francés que en expresión de su ministra de Cultura, Frédéric Mitterrand considera su detención algo horrible afirmandoque las razones de la detención de Polanski residen”en una historiaantigua que verdaderamente no tiene sentido”, “Polanski es un ciudadanofrancés y un cineasta de dimensión internacional y del mismo modo quehay una América generosa a la que amamos, hay una cierta América que damiedo, y es esa América la que acaba de presentarnos su rostro”.
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