300 años después del latrocinio de Gibraltar Moratinos nos pide paciencia
Estaba buscando con no mucha convicción algo que trasladarles porquesomos concientes de que el calor- la caló donde el terral aprieta estosdías- tiene desganados a más de uno, de manera que pasa olímpicamentede casi todo y más ante el panorama que se vive en algunos puntos deEspaña en que centenares de fuegos, provocados o no, continúanechándole una mano al cambioclimático en la tarea implacable de desertización de la PenínsulaIbérica. Esto a largo plazo, porque a corto tenemos que lamentarvarias muertes que por causas fortuitas, pero sobre todo porque estabanallí, se han producido entre los que trabajaban en la extinción delincendio.
Había decidido tomarme vacaciones de al menos un día y pasar de quela oposición del conservador Carlos Dívar va a impedir al CGPJ emitirun dictamen favorable sobre la nueva ley del aborto-un revés para ZPque creía que quien es pera se iba a volver manzana ante su talante-,pasar de los que vaticinan que el Gobierno usa la “hucha de laspensiones” para financiar el gasto público, siendo la vía escogida lacompra de deuda española, que da más rentabilidad que la alemana, perotiene más riesgos de impago.
Pasar de Bárcenas aunque no tanto como su partido que mira paratodos lados menos para la entrada del Tribunal Supremo-eso impone,oiga-, no han querido imitar a los socialistas encabezados por FelipeGonzález que acompañaron a Barrionuevo hasta su entrada en chirona,donde Bárcenas ha intentado explicar a los magistrados que es inocente:“Nunca he recibido dinerodel grupo Correa”, “yo no soy L.B.”, “no soy Luis el cabrón”.(Aquíentre nosotros, que no somos muchos: se ha chivado al juez y le dichoque Luis el Cabrón es el empresario Luis Delso, presidente de IsoluxCorsán, uno de los holdings de la construcción y las infraestructurascon mayor proyección internacional de nuestro país, nada menos)
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