Es una de esas figuras que ponen una nota de color en esa España cada vez más gris, más de los años cincuenta-sesenta en que algunos muy bien identificados se empeñan en convertir. El padre Susarte, aferrado a una chocolatina en la foto, encaja a la perfección en esa nueva España en la que al parecer todo es posible. Ya solo nos falta un... Continuar leyendo