Dentro de pocos días Barack Obama se convertirá en el primer presidente negro de Estados Unidos y además tendrá el gabinete más diverso e incluso multirracial de la historia. Está aplicando, después de los cientos de años en que no ha ocurrido así, sino todo lo contrario, una especie de discriminación positiva hacia el no genuinamente americano de origen inglés o irlandés, de manera que, de los primeros siete anuncios de su futuro gabinete, los hombres blancos son la minoría, con dos: Timothy Geithner, en el Tesoro, y Robert Gates, de Defensa, lo que no deja de ser un reflejo de las minorías y su importancia y sobre todo de lo decisivas que han sido para su elección.
Los nuevos fichaje son Bill Richarson, hispano, como secretario de Comercio y de Justicia Eric Holder, además de Rice como embajadora en la ONU.
También un hispano, Ken Salazar será secretario de Interior y la hispana, de origen argentino, Nancy Sutley, estará al frente del consejo para la Calidad Medioambiental de la Casa Blanca.
No obstante los latinos quieren más-quieren rentabilizar sus votos- e incluso las minorías gays y asiáticos están presionando para estar representados en el Gabinete y no sabemos si debido a esta presión su nuevo gesto ha sido el nombrar al Premio Nobel de Física S. Chu Secretario de Energía.
No nos queremos ni imaginar los sentimientos que a la vista de estas noticias estarán surgiendo en el seno de la América profunda, de la que al parecer está a la cabeza por lo menos en racismo el Estado de Arizona a juzgar por lo que se lee en el siguiente párrafo:
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