

Hace tiempo Camps perdió una oportunidad de oro de decirle a JuanLuis de la Rua, a la sazón y también ahora nada menos que presidentedel Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valencia (TSJV), quese inhibiera en el dichoso asunto de los trajes, por ética personalprimero, por vergüenza torera segundo y tercero, y ahí está la madredel cordero y una circunstancia objetivable, por flagrante amistad conel juez, con el que dijo, textualmente, hay” una íntima y sentidarelación”, no sabemos si del tipo de la que dijo tener con Correa, “tequiero un huevo, amiguito del alma”, que hay que ver los excesosverbales a los que nos tiene acostumbrados este influyente barón (con b) del PP.
Pues bien De la Rúa sigue de Presidente cuando podría comenzar eljuicio del Gürtel valenciano a pesar de que ha rebasado el tiempo legalde su presidencia reglamentaria en el TSJ y hay indicios-de ahí quehayan saltado las alarmas en los enemigos del PP- de que pretende darcarpetazo al asunto de los trajes dejando además con el trasero al aireal juez instructor José Flors solo ante el peligro de los compañerosque pretenden salvar de la quema al “Gran Estadista de los Vestidos ylos Zapatos, gratis total”, según definición de Enric Sopena, látigoimplacable de todos los que quieren dárnosla con queso o metérsela doblada al personal.
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