En el trigésimo aniversario de la Constitución del 78 (2)


Hablamos ayer un poco de uno de los componentes del trío, Arzallus,que por acción u omisión influyeron de una forma u otra en la redacciónfinal de la Carta Magna . Los otros dos, Abril Martorell y AlfonsoGuerra participaron muy activamente para que el consenso fuese mayor yen donde se hicieron concesiones entre las que destacan el que lossocialistas aparcaran sine die su natural republicanismo.
Fernando Abril Martorell,que falleció en 1998, fue uno de los políticos más decisivos e influyentes de la transición, se retiró muy pronto hacia el mundo empresarial.
Alfonso Guerra, siguió en la políticahasta nuestros días en que ha batido varias marcas, la de ser elparlamentario en activo más veterano-acumula todas las legislaturas- y ser el políticoque fue más votado en su provincia en todas las épocas, hechos que,unidos a su natural carácter provocador , ha suscitado las envidiashasta dentro de su propio partido en el que llegó a formarse un sectormuy influyente que lleva su nombre y que parece se diluyó hacetiempo.Formó un tándem junto a Felipe González que con el paso de losaños y el natural desgaste se deshizo y en la actualidadparece que la única relación que mantienen es la equivalente a la delas parejas divorciadas que deciden tratarse con corrección y respetomutuo, seguramente por el bien del partido. Es conocido por sus frasespunzantes y provocadoras y sus comentarios son muy celebrados en todoslos cenáculos y sobre todo por sus seguidores.Cuando se fija en unrival no lo suelta y uno de los últimos ejemplos es el de Rajoy, alque bautizó con un epíteto que ya le persigue- Existe una dura pugnaentre el maricomplejines losantiano y el mariposón guerrero.
Como utiliza vocablos ambivalentes tiene siempre una escapatoriafácil. De “el Guerra”, como conocen a don Alfonso en su tierra, esimposible traer aquí tantos sucedidos como se le atribuyen: dimitió acausa de los pequeños negociosde su hermano Juan-su henmanno, según dice el lenguaraz AntonioBurgos-, del que nunca más se supo-es como si hubiera desaparecido enalgunos de esos sospechosos vuelos baratosen que se embarcan algunos persiguiendo la felicidad, aunque esta siempre va más deprisa que el perseguidor, como todos sabemos, pequeñosnegocios de su hermano Juan que son pecata minuta en comparación conlos “pelotazos” que después dieron políticos de todo el arco parlamentario.
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