Nuevas tragedias: de cinco en cinco, de veinte en veinte


De la prensa:
“…Los 25 subsaharianos rescatados de una patera medio hundida en elmar de Alborán han asegurado al llegar esta noche al Puerto de Málagaque sólo ellos han sobrevivido de los entre cincuenta y sesentainmigrantes que iban en la embarcación.”
“…El accidente más grave se produjo en Vejer de la Frontera (Cádiz) y en el mismo murieron 4 personas.”
En nuestro mundo próspero tenemos que pagar tributos periódicamentepor esa abundancia, por esa forma de vivir en que se estruja a lanaturaleza como nunca en la historiapara disfrutar de sus bienes, alimentos o productos provenientes defósiles de otras épocas, en forma de petróleo. Tributos que pagamos,por ejemplo, en forma de accidentes que son más llamativos y nos llenande estupor no cuando son a titulo individual, sino cuando se producenmasivamente como son los accidentes de cocheen que semanalmente, por toda la geografía española, sucumbeninvariablemente y de golpe, cuatro o cinco jóvenes que suelen venir depasar una noche de diversión. Cuando los fallecidos en accidente son decien en cien la sociedadya se siente más alarmada, se produce un gran revuelo y se organizan funerales de Estado, y toda la población al haber tantos fallecidos sesiente afectada, aunque estas tragedias en nuestro país se dan cada 20o 30 años según las estadísticas. Que tengamos memoria, desde 1985 enque ocurrió la de Bilbao, ha habido algunas más, en Madrid y en Málaga.Parece que el grado de conmoción es muy superior cuando son muchas lasvíctimas y además en un medio que es el más seguro, como el avión.Cuando las tragedias se cobran vidas de cinco en cinco, tienen másfuerte repercusión en las poblaciones pequeñas cuyos jóvenes se tieneque desplazar en coche. El último accidente grave fue este fin desemana en Vejer de la Frontera, cuya población es la que ha sufrido elmazazo.
Dijimos al principio que es el tributo que el ser humano tiene quepaga por la prosperidad que a veces supone el desafío a las leyes de lafísica a través de la velocidad y también a causa de ella sucedencatástrofes humanas porque somos polo de atracción para otros sereshumanos que vienen a participar de la abundancia, es cuando se echan almar y nunca pueden llegar porque sucumben durante la travesía, quehacen con medios muy rudimentarios e insuficientes.También este fin desemana han perecido veinte o treinta, que, según cuentan lossupervivientes, eran arrojados al agua cuando iban muriendo y esto hasucedido cerca de la isla de Alborán.
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