
Desde hace ya varios meses esa gripe concreta se convirtió enpandemia, es decir, el virus causante ya está en todo el mundo y entodos los lugares: en el aire, en los cines, en el metro, en los colegios, en los estadios, en la cola del paro, en los mítines de los políticos,es decir, donde quiera que se reúnan varias personas. Y hasta laIglesia Católica se está concienciando para poner los medios paraatajar el mal consistentes en vaciar las pilas de agua bendita dondetodos meten los dedos para santiguarse o dejar para mejor ocasión losapretones de manos y ósculos que tanto se prodigan en las iglesias, enla misa, cuando el cura da la orden de darse fraternalmente la paz.
Quiere decir todo lo anterior que, salvo algunas medidas preventivasbásicas, como la vacuna o el contacto directo con las personasinfectadas, poco se podrá hacer, y el virus atacará y se cargará aaquel organismo que tenga las defensas bajas, que tenga su sistemainmunológico tocado por otras enfermedades o factores de riesgo, comola gordura mórbida u otros, por lo que no se puede caer en el alarmismoy adoptar medidas que paralicen el país, que bastante paralizado estáya con las vacaciones, con el paro y con las luchas estériles de los partidos políticos.
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