
No íbamos a reseñar más el sórdido asunto de la pederastia
en el ámbito eclesiástico cuando hemos sido tentados por las
intervenciones de estos dos primeros espadas de la provocación y de
distinto signo. El sagaz lector ya habrá adivinado que nos referimos a
la chica del Raval y al iluminado Pío Moa.
La primera escribe el... Continuar leyendo