
La Navidad, además de ser el tiempo en el que los buenos sentimientos ablandan a la gente y se reúnen las familias que están disgregadas, ahora más que nunca, por el efecto perverso de las deslocalizaciones de los trabajos o de la “movilidad laboral”, como llama la rociera ministra Báñez a la forzada emigración de nuestros jóvenes, sean estos cerebros o mano de obra barata para la hostelería europea, la Navidad, ... Continuar leyendo