Javier Gallego
Señor presidente y señores ministros, les escribo como trabajador de esta emisora pública ante lo que considero un grave error democrático. Lo siento mucho, se han equivocado, lo han vuelto a hacer. Se han equivocado ustedes cambiando por decretazo el Estatuto de la radiotelevisión pública que regía esta casa desde 2006
y que garantizaba una mayor independencia de la información pública
respecto al poder gubernamental de turno. Desde 2006, la dirección de la
corporación debía elegirse por consenso entre las fuerzas políticas parlamentarias y los sindicatos
mayoritarios, un consenso que contase con el apoyo de dos tercios de la
cámara. No era suficiente tener mayoría absoluta, una mayoría política,
había que contar con la mayoría de la cámara, es decir, con la mayoría
de la mayoría. Ahora serán ustedes los únicos en tomar esa decisión. Por
decreto. O sea, porque lo digo yo, porque soy tu padre y porque puedo.
Sí, pueden pero no deben. Tienen ustedes mayoría absoluta pero no la absoluta mayoría.
Ustedes no deben hacer lo que quieran, aunque puedan, deben hacer lo
que quieran los españoles, todos ellos y ellas, incluidos los millones
que no les votan.
No gobiernan ustedes sólo para sus votantes, tampoco esta casa informa sólo a quienes les votaron. No
informamos para los ganadores sino también para los perdedores, para
las minorías y para los que no tienen ni tanta voz ni tanto altavoz.
Por eso ustedes están obligados a buscar el consenso de todos y si
algún grupo político lo bloquea, como dicen ustedes que hacen los
socialistas, tienen la obligación de desbloquearlo entre todas las
fuerzas políticas. Eso es democracia. Lo otro, golpes en la mesa. Y ante
los golpes en la mesa, les recuerdo las sabias palabras de Unamuno: Venceréis pero no convenceréis.
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