Nunca ha estado la
clase política tan en el candelero como en estos días aunque
por motivos muy diversos y perversos. La prensa, además de una
exaltación de las habilidades del futbolista Messi, es la narración
de las andanzas y aventuras de unos pícaros que
hubieran hecho las delicias de Cervantes y Quevedo que, a buen seguro,
pasarían a ser sustancia literaria de sus inmortales plumas. Ahora mismo
recojo de El País:
“… El 3 de enero de 2009, en
una conversación telefónica mantenida entre Álvaro Pérez y Cándido
Herrero, contable de Orange Market, El Bigotes reconoce haber comprado un
reloj a La Perla, apelativo por el que es conocida la actual
presidenta de las Cortes Valencianas, por usar esa expresión coloquial
de forma constante para designar a sus interlocutores. En esa
conversación, Pérez indica a Herrero: “Y luego tenemos que comprar un
reloj a la consejera de, porque se lo compré a la hija de puta de
la Perla, ¿no se lo voy a comprar a la de ahora, a la de Turismo [en
referencia a Such]…?”.
Tags: política,
sociedad
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