Y no es que el Poder Judicial y el Poder Policial no lo hayan hecho hasta ahora de esa manera, no, queremos decir que su mensaje no ha llegado a los jóvenes delincuentes con la suficiente claridad para que digan de una santa vez cómo mataron a Marta y dónde arrojaron su cuerpo, si fue enterrado a una suficiente profundidad para que ni los elementos atmosféricos la hayan sacado a la superficie, o bien lo tiraron al Guadalquivir aguas turbulentas de aquellos días hasta el Océano o, según han dicho algunos, estos maleantes podrían haber disuelto su cuerpo en ácido, como en algunas películas.
Estos implacables arrebatadores de la vida de una muchacha, al parecer, no consideran que nuestras autoridades les estén hablando en serio porque no les están haciendo el más mínimo caso y hasta ahora han conseguido tenerlos a todos arrodillados e incluso más adelante, cuando se celebre el juicio, salir con penas mínimas ya que no existen unas pruebas sólidas condenatorias: todo se basa en que Marta ya no está entre nosotros , se han dado mil versiones sobre el caso, y en última instancia, nuestras leyes les van a permitir que se nieguen en redondo a declararse autores del hecho.
Mientras tanto la popularidad de estos jóvenes sigue creciendo en las redes sociales
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