Dos Españoles en primera plana por distintos motivos
Los dos, en el día de hoy, son portadas en todos los diarios.
El uno por ser convicto y confeso de veinticinco asesinatos, noarrepentirse de sus acciones, mofarse de su víctimas y mantener unaactitud desafiante con el Estado de Derecho que lo ha puesto enlibertad-en perfecta condición física- y ante lo que no hay nada queobjetar. Se han cumplido las leyes vigentes que existían cuando elcarnicero fue juzgado. En todo caso a quien había que pedir cuentas deque haya un matarife suelto por ahí, para escarnio de los cientos depersonas vinculados con sus víctimas, es a los gobiernos conservadores–ocho años- y teóricamente de izquierdas-cuatro- que durante ese tiempono han cambiado unas leyes tan injustas sino que se han dedicado aescenificar una sorda lucha por el poder para el control de los mediosjudiciales. Han perdido el tiempo discutiendo sobre si son galgos opodencos mientras les han ido matando gente, poniendo bombas…
El otro español que es noticia porque ha llegado a la cima de la fama deportivamundial es Rafa Nadal, un joven ejemplar por todos los conceptos, comodeportista y como persona. Seguramente no hay otro tan correcto en el circuitocomo él, jamás se le ha visto un mal modo en la pista y por supuestoromper raquetas carísimas, víctima del enfado, cuando hay millones dejóvenes que no se las pueden comprar y, por supuesto, lejos de lasestupideces que, por motivos extradeportivos, hacen representantes deotros deportes por motivos políticos, como vetar vuelos ya contratados a compañías aéreas por no hablar en el idiomade su comunidad. El idioma kazajo ( de Kazajstán) tiene más difusión ylas grandes compañías no lo adoptan: para ello están el inglés oespañol, y si me apuran por aquello de las Olimpiadas, el mandarín.
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