En todo los debates Mª Antonia Iglesias, cuando alguien quiere hacer maniobras de distracción en las discusiones sobre cualquier tema de actualidad, invariablemente lo interpela “¿Es puta o no es puta?, ¿Ha robado o no ha robado?, ¿Se ha llevado la pasta o no se la ha llevado?, ¿Ha pagado los trajes o no?, ¿ha habido o no dineros distraídos por el tesorero del Partido Popular? Los tribunales, en última instancia, serán los que tendrán que dictaminar mediante pruebas si son putas o no con arreglo a las pruebas.
Ayer el interpelado por la mal hablada señora, que emplea en público todas las muletillas malsonantes que todos usamos en privado, tuvo enfrente al correoso, polémico y ya un poco pasado de moda, el polifacético Pedro Ruiz, al que de una manera implacable le fue haciendo las siguientes preguntas incómodas habiéndole espetado antes: “Ahí están los falsos independientes que son todos unos fascistas. Lo que a usted no le gusta es el sistema democrático”: “Quería preguntarle si su furia con los socialistas se debió a sus problemas con Hacienda”, “¿Usted defraudó o el señor Borrell es un delincuente y un mentiroso? Y remataba la tanda de preguntas con el consabido: ¿es puta o no es puta?
El, a su vez, le contestaba: “Cuando tú eras
directora de los
informativos de Televisión Española me mandaban a hacer entrevistas a mi
casa y
se acompañaba con una voz en off: ‘Aquí vive el defraudador’”, “Ha dicho
que me
he aprovechado de muchas cosas, diga un nombre. Diga el partido político
que a
mí me haya apoyado”.
Como ella no contestaba, Ruiz le devolvió la
moneda:
“¿Es puta o no es puta, usted?”
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