En España, donde el tratamiento del humor ha alcanzado cotas sublimes desde tiempo inmemorial –léase de nuevo a Quevedo o a Cervantes, sin ir más lejos- últimamente está por los suelos y los humoristas profesionales han sido sustituidos por otros que, sin poseer el carné de tales, consiguen parecidos propósitos sin proponérselo, aunque el humor que les salga a veces sea bobo, o irónico, o dañino, o sarcástico en ocasiones porque juega con la inocencia o la indefensión del pueblo. Un humor ante el que solemos esbozar una sonrisa aunque acabemos echando de menos al, en ocasiones, humor inteligente de José Mota o el grueso y chabacano de los Morancos.
Este humor gratuito en comparación con el de pago de Paramount Comedy lo tenemos a todas horas y hay que precisar sin embargo que los monologuistas hacen humor intencionadamente y los personajes que voy a citar lo paren desde su simplicidad o estulticia, valga la redundancia.
He aquí algunos ejemplos, algunos ya viejos, como la tontuna de Ana Botella cuando defendía la candidatura olímpica de Madrid pero que ha vuelto a resucitar la revista TIME:
-El ‘relaxing cup of café con leche’ de Botella, metedura de pata del año para ‘Time’
- La prueba propuesta por la misma señora a los músicos callejeros (ver vídeo adjunto)
- El juez-alcalde de Sevilla Don Zoido ninguneando a Málaga porque han concedido a esta el centro Pompidou de las Artes
- Ana Samboal, presentadora de la televisión autonómica madrileña, asegurando en una entrevista publicada por El Mundo que “es mentira que en Telemadrid haya manipulación”.
Jaume Matas pidiendo el indulto por razones “humanitarias” (Del Nido, por unos cuantos milloncejos de nada, a punto de hacer lo mismo, cuánto calvario tuvo que sufrir El Lute por robar las consabidas gallinas)
- El chiste obsceno de Miguel Blesa celebrando el “éxito” de las preferentes: “Y eso que habíamos engañado a los clientes”.
- Estas frases sublimes de Rajoy lo retratan y lo asemejan a Winston Churchill : “De regreso a casa tras un emotivo funeral. Gran homenaje merecido”. La que dice desde el diario del mamporrero del PP Marhuenda lo pone decididamente en la senda del Nobel, como el anterior que si lo consiguió: “Rajoy confiesa que, muy a su pesar, su hijo pequeño es colchonero”.
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