Roldán, el representante más genuino de la corrupción que se dio en tiempos de Felipe González, ha visto cómo los 31 años de cárcel a que fue condenado se han reducido, entre pitos, flautas, nuevo Código Penal del 1995, estudios-quizá los mismos que falsificó y con los que engañó a los irrisorios controles de la época-, y buen comportamiento, se han visto reducidos a 15 años, que ya ha cumplido no en lóbrega mazmorra y hostigado por miles de presos comunes sino como dice un probo funcionario a El País “como había sido jefe de la Guardia Civil se le internó en una cárcel de mujeres y permaneció una década solo en un pabellón privado de la prisión de mujeres de Brieva .Estuvo custodiado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, con los que jugaba partidas de cartas y parchís. La puerta de su celda permanecía siempre abierta y cada mañana barría y fregaba la nave en chándal”
Una vez acabado su “calvario” de preso privilegiado se dispone a gozar y seguramente retomar,si dispone de una salud aceptable y si los largos días de meditación en su celda no le han cambiado los gustos, aquellas juergas, las más casposas que nunca se presenciaron y ofrecidas por la revista Interviú, en que, cual faunos rechonchos y “esblanquíos”, perseguían ataviados sólo con infames calzoncillos y camisetas a las ninfas asalariadas de turno.
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