Los toros españoles temen la llegada del verano (1)
Vaya por delante que no somos ni antitaurinos ni nada por el estilo.Es más, a veces, hemos ido a las plazas de toros a ver el espectáculo eincluso hemos llegado a percibir el arte de algunos toreros en elruedo, su habilidad para no ser cogidos, la exaltación que se produceen los tendidos y el éxtasis cuando los arcángeles del toreo han bajadoa la plaza, en contadas ocasiones, eso sí, para aplaudir al miedoso yexquisito Curro.Y por ser considerada la Fiesta Nacional y ser el torounos de los símbolos patrios, todo lo que la rodea merece respeto,aunque no todo lo que en su nombre y a su rebufo se celebra en España,en toda la piel de toro.
No nos referimos a los que son lidiados en las plazas de torosregladas. Éstos, antes de recibir la estocada final o el verduguillo,apenas están en el redondel unos quince minutos, durante los cuales seestablece una lucha de igual a igual en que no siempre embisten altrapo rojo sino que recogen entre sus astas al artista que suele irengalanado a la manera papal, o por lo menos las zapatillas sí son deesa guisa y en las que predomina el color rosa.
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