Esa teoría ya se conocía en España desde hace bastantes décadas. Nace en los años 60, cuando la población comenzó a mejorar su alimentación mediante la ingesta de proteínas animales sobre todo provenientes de la carne del pollocuyo consumo se socializó ya que antes estaba reservado a las clases más pudientes. Esta teoría popular afirmaba que el pollo recibía abundantes hormonas para un engorde más rápido, las mismas que producían en el consumidor masculino un afeminamiento o atenuación de su virilidad, teoría que también pasó al Altiplano, de manera que el uru-aimara Evo Morales, la ha hecho suya cuando afirma:
“El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienendesviaciones en su ser como hombres. La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen. Mientras, en los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas.Pueden verme a mí por si acaso”
Debido a su creciente impopularidad en España a causa de su unión con Cristina Kirchner en la deriva expoliadora, en su caso la expropiación de la filial boliviana de REE, estas afirmaciones de Evo han caído mal, obteniendo una réplica adecuada de la pluma del poeta y dramaturgo, que, según él mismo, se encuentra en las últimas –esperemos que se equivoque – Antonio Gala, que dice en su tronera de El Mundo esta rotunda y categórica frase, que habrá dejado anonadado a Evo si llega a leerla:
“La afeminación se produce cuando se comen directamente pollas”
“Esta vez, el Gobierno español le corresponde con indiferencia a la acusación de invertir poco. ¿No decía detestar a los invertidos? ¿En qué quedamos?”
Tags: política, sociedad
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