Antes de entrar en la temática de moda bien podrían echar un vistazo al post de Publico Casta style! como un enfoque más de la cuestión de moda, la corrupción de la clase política, que ya preocupa más al pueblo que el terrorismo, según los sondeos del CIS:
“(…) Aguirre, Güemes, González, Bárcenas, Rajoy son todos apellidos de un mismo nombre: casta política del régimen. Algunos son directamente corruptos, otros sólo trabajan para la gran corrupción de acabar con lo público para regalárselo al mercado y la banca. Pero en esta tarea no están solos; porque, que sean los herederos directos, no significa que la cultura franquista deje de afectar a otras formaciones. Rubalcaba o Bono son hijos predilectos del régimen de 78; como aquello que queda del pasado y no termina de darse cuenta que está en el presente”
Aunque el título del presente post está inspirado en el de la novela del mismo nombre, Las corrupciones, de Jesús Torbado (León, 4 de enero de 1943), que habla de unas corrupciones interiores que llevan al nihilismo, a la intemperie, el desencanto coral de una generación desposeída de los viejos ideales, algo que en su día molestó bastante a los sectores eclesiásticos y conservadores , de lo que más se habla ahora es de unas corrupciones más groseras y tangibles, en forma de millones de euros en bancos extranjeros o de sobres con euros a razón de 5000 mil, 10.000 o 15000 euros, según la categoría del recipiendario , corrupción, pudrición de aquellos a los que el pueblo ha encargado de su gobierno y a los que ha defraudado.
Un fenómeno examinado desde múltiples puntos de vista, uno de ellos el del filósofo Fernando Savater que no culpa exclusivamente a los políticos del mal que nos acucia:
“hay políticos inmorales pero también hay ciudadanos tontos que siguen votando a partidos que acumulan escándalos financieros” “ lo malo de la corrupción no es tanto el corrupto sino la impunidad con que actúa, los políticos no son solamente unos señores que están ahí enquistados para siempre, sino que somos nosotros. Si los que lo hacen ahora mal son nuestros mandados, peor lo habremos hecho nosotros al hacer mandar a los que son incompetentes”. “lo malo es la impunidad: hay gente que, si le pones delante la oportunidad de robar, va a robar; desgraciadamente, es una cosa que viene de antiguo. Lo que tenemos que hacer es que eso no quede impune ni sea fácil de hacer”.
Les ofrezco otras interpretaciones del último caso de corrupción generalizada que nos ocupa, en este caso con su origen en la sede nacional del PP, como la de Borja Montoro en la viñeta que aparece arriba y en la que dibuja la sede central del PP, desde la que sale una voz que dice:
“Problema: Hemos estado hablando de “Luis, el cabrón”, y resulta que era “Luis, uno de los cabrones”
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