Las conversaciones con El Bigotes debilitan al romero de la Santa Faz
Se decía que el presidente de la Generalidad valenciana FranciscoCamps era uno de los barones con más peso dentro del PP, e incluso conmejor imagen que el propio Rajoy en los tiempos en que nadie daba unduro por él. Hoy las cosas han cambiado radicalmente pues gran partedel PP lo considera acabado políticamente sobretodo cuando han trascendido las conversaciones entre él y la propiaesposa con el encarcelado “El Bigotes” sobre unos supuestos regalos yen que esta última le dice al obsequioso que “se había pasado 20pueblos” y cómo Camps le manifiesta su cariño y agradecimientodiciéndole la transcendental y refinada frase, digna de figurar en antologías literarias, propias de los personajes de las novelas de Juan Marsé, como salida de la boca de Jorge Luis Borges: “Te quiero, un huevo”
Ya se sabe que en las conversaciones privadas se dice de todo, pero seguroque sus votantes y compañeros de partido se habrán corrido de vergüenzaal escucharlas: en principio no parecen propias de tan afamado,exquisito y elegante-sus trajes se los tenían que rematar en Italia-exteriormente ¦1¦ al ser de una vulgaridad aplastante y más propias de colegasemporrados, incultos y montaraces que de un romero devoto de la SantaFaz. Incluso supera en casticismo a aquella que pronunció Rajoy, lavíspera del desfile militar, en que manifestó su escaso espíritumilitar en alguien que aspira a ser presidente del gobierno: “Eldesfile, qué coñazo”, desfile, que por otra parte la oficialmente bellay deseada Carme Chacón acaba de cargarse, con elegancia y sinpronunciar ninguna palabra alusiva a los genitales de hombre o mujer,pues Camps habla de “huevos” y Rajoy de “coñazo”
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