Aunque con una formación humanística no muy amplia y unos conocimientos escasos de la sintaxis griega y latina que le ocasionan bastantes deficiencias al construir las frases en castellano –no olvidemos que nuestra sintaxis es un calco de la latina-, en que confunde casi siempre los “que” y “de que” que deben seguir a algunos verbos, aparte de los vicios también sintácticos muy comunes en la Meseta, como los laísmos y loísmos, que por cierto no tienen los tan denostados hablantes de la modalidad del español que es andaluz, que dicen que es la manera más dinámica de hablarlo y la que se ha exportado a Hispanoamérica, a pesar de todo ello, y gracias a que ha sido Presidente de Gobierno del Reino de España, porque méritos académicos sólo tiene el ser Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense (1975) y funcionario de Hacienda como Inspector de Finanzas del Estado (1976, se ha convertido en un acaparador de “doctorados”, eso sí, todos por la Causa del Honor (Honoris Causa, traducción literal, no muy exacta del todo, aunque sí aproximada), y haber tenido que estar largos años de doctorando, aguantando todo lo que le echen caprichosos catedráticos, que en muchas ocasiones los utilizan, gratis et amore, para sus propios fines.
El último que se ha echado al zurrón este presidente a quien sólo juzgará Dios y la ¦2¦, porque él cree que no se ha equivocado nunca y que está libre de errores, es uno otorgado por la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia en consideración a sus extraordinarios méritos, principalmente en tres ámbitos con los que esta Universidad se identifica plenamente: la defensa de las raíces cristianas de Europa y de los principios del Humanismo Cristiano, la defensa de la institución familiar y el apoyo a las víctimas del terrorismo.
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