El título del post se lo copio directamente a Xavier Vidal-Folch:
habla en un artículo de hoy en El País que denomina de esa manera. En
líneas generales viene a afirmar y demostrar que lo dicho por Artur Mas,
al que deja literalmente al pie de los caballos, en el sentido de que
el fraude fiscal continuado de Jordi Pujol y su familia durante 34 años
es “un tema estrictamente privado, personal y familiar que nada tiene
que ver con Convergència” es falaz y de rigor moral liviano.
Como dice Arcadi Espada, ante la confesión del fundador de
Convergencia, ¿seguirá manteniendo la mayoría de los ciudadanos de
Cataluña esa reacción de simbiosis con el nacionalismo, esa
identificación autofágica donde Cataluña era Pujol y Pujol era Cataluña,
a riesgo de que además de patriotas los llamen defraudadores?
Desde luego todo aquel millón y medio de catalanes que salió a la
calle pidiendo la independencia se habrá quedado boquiabierto al
comprobar que durante 23 años Cataluña estuvo gobernada por un evasor
fiscal y que la máxima autoridad del Estado en la comunidad, y encargado
máximo de hacer cumplir la ley, era el primero que no la cumplía. Ahora
sobre su sucesor Mas también recaen siniestras sospechas, sobre todo
cuando considera que la evasión fiscal practicada por su padre político
es un tema familiar si pensamos que él fue consejero de Economía con
firma en la cuenta suiza de su padre.
Estamos pues ante un farsante que ha estado obrando durante décadas
en beneficio propio y de su familia. Hoy los hechos lo han
desenmascarado aunque para una parte de España, Andalucía en concreto,
este individuo, Jordi Pujol y Soley , se descalificaba en 1976 cuando opinaba así de los andaluces:
“… el hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido(…) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual.
continúa en...
El muy honorable gran defraudador