Podría ser considerado este post como una continuación del escrito hace dos días, Erkoreka: “No son iguales las ovejas latxas –vascas- que las carranzanas-burgalesas-“ en que, en síntesis, se decía: “en cuanto al nombramiento no entendemos por qué el 77% de los párrocos de Guipúzcoa rechaza la designación de Mons. José Ignacio Munilla como nuevo obispo de San Sebastián por el Papa Benedicto XVI, siendo como es vasco de nacimiento, Bella Easo,1961, y seguramente poseedor del RH pertinente” con la notable diferencia que aquel lo escribe un bloguero a los que Antonio Burgos llama anónimos por ejercer una crítica sin fundamento y lo que consideramos un inmisericorde alegato contra el obispo emérito Setién y los curas de su recua, al parecer una notable mayoría de un 77 %, lo ha escrito Alfonso Ussía, escritor famoso en algunos escenarios y que no quiere ni una sola broma acerca de su ortodoxia política o religiosa.
En este caso no duda en mezclar ambas por lo que critica con dureza el rechazo al nuevo obispo para San Sebastián, José Ignacio Munilla, por las razones políticas del clero vasco tan contaminado por el nacionalismo que pretenden ser solapadas por otras de índole religiosa, algo que no se cree nadie. Y así comienza con darle un repaso a dichos clérigos, con la traca final de los “méritos” de Setién, quien en los últimos tiempos escribió “Un obispo ante ETA” donde pretende equilibrar el sufrimiento de las víctimas con el sufrimiento de ETA y su entorno:
“los párrocos trabucaires, los descendientes del cura Merino, los sacerdotes que han humillado durante décadas a la Cruz en beneficio de la raza, el hacha y la serpiente. La consecuencia asotanada de los obispos Setién y Uriarte. Están descontentos. No quieren a monseñor Munilla en el Obispado de San Sebastián. Y es sorprendente, por cuanto monseñor Munilla es guipuzcoano y habla el vascuence desde la niñez. Pero no se ha distinguido por su nacionalismo.
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