No es que creamos que la educación de las madres ursulinas, donde dicen que se formó doña Carmen Polo de Franco, entre otros sitios preclaros, sea lapanacea, pero sí dicen que era-es una educación exquisita que preparaba a las mujeres en la urbanidad y los buenos modales para cumplir su papel en la sociedad. Y aunque sea acusada esa formación monjil por algunos de cursi o pacata, la preferimos a aquella otra que ha recibido doña Aurora Cedenilla Díaz, a la sazón subdirectora general de Formación para la Seguridad Vial, que felicita a sus colegas de esta forma:
por
lo que ha sido reconvenida por el jefe provincial de trafico de la
provincia, Manuel Esteban, reprochándole su mal gusto y por lo que este ¡
ha sido cesado!
No nos vamos a escandalizar demasiado
por el lenguaje tan poco edificante de la mencionada política al
emplear en sus felicitaciones navideñas este lenguaje tan desgarrado ,
zafio, soez y tabernario, solamente en todo caso una ligera sonrisa.
Pero al beato Juan Manuel De Prada le
ha merecido todo este comentario que hunde sus raíces en las serranas,
aquellas bravas hembras que en la Edad media acuchillaban a los incautos
viajeros que osaban transitar por sus dominios, después de habérselos
“calzado”, para ponernos a la altura de Cenedilla:
“Fue el Arcipreste de Hita el introductor en nuestra literatura de las serranas, esas galanas mozas sin pelos en la lengua (aunque repartidos profusamente por todo el resto del cuerpo), que asaltaban al viajero en mitad del camino y lo dejaban, tras la coyunda,
molido como cibera. A estas ‘fermosas damas’, de ‘so-brecejas anchas y
más negras que tordos’, ‘orejas mayores que añal borrico’, ‘pescuezo
negro, ancho, velloso, chico’, ‘narices muy gordas, luengas, de
zarapito’ y otros primores que no cuento por no aburrir al lector dedicó
el Arcipreste muy amorosas y burlescas cantigas”.
“Menos protegidos que nuestro cachondo Arcipreste deben de andar los zagales de la Dirección General de Tráfico, a quienes pastorea una garrida hembra llamada doña Aurora Cedenilla, que en sus proezas deja chiquitas a todas las serranas del Arcipreste…”.
”Me
gusta que la felicitación sea en verso, por eso de elevar la calidad
epistolar (¡ejem!). En 2010 la rima era fácil (¡FELIZ 2010… PO EL CULO
TE LA HINCO OTRA VEZ!, copiando la de: ¡2005, por el culo te la hinco!),
pero, para mi consternación no daba con una adecuada para 2011… ¿O sí? A
todos vosotros, con mi cariño, os deseo: ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO… y CHÚPAME
UN HUEVO!!!’”.
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