A la vista de lo devaluada que está la clase política, cuarta preocupación de los españoles , según el CIS, de los últimos escándalos pecuniarios protagonizados por políticos del PP –uno de ellos se ha salvado provisionalmente de la trena por poner encima de la mesa del juez 500 millones de pelas o 3 milloncejos de euros actuales-, pudiera parecer oportunista la aparición y publicidad que se le hace al libro Camaleones, desmemoriados y conversos (Ed. Esfera de los libros), escrito por Sebastián Moreno, iniciado literariamente a finales de los 70 en La Estafeta Literaria, donde también escribían Umbral y Cela entre otros.
En él examina a los que se cambian de chaqueta, a los tránsfugas de unos partidos a otros en que disfrazan sus ambiciones económicas de supuestas transformaciones ideológicas.
En concreto hace el seguimiento de la evolución ideológica de alguno de ellos. Así nos enteramos de que “Bono se postuló para mando de la Guardia Franco, una organización política que se encargará de velar por la esencia del franquismo una vez muerto Franco” o que Rosa Díez encubriera el problema del terrorismo de ETA desde la Consejería de Turismo del País Vasco a través de la campaña de promoción “Ven y cuéntalo: “A Rosa Díez le estuvo bien empleado que luego le amenazara ETA y tuviera que llevar escolta”.
De Cristóbal Montoro dice que fue maoísta; Pilar del Castillo ,ex ministra de Aznar, perteneció a la Guardia Roja, Piqué militó como comunista revolucionario y María Dolores de Cospedal trabajó como asesora de Matilde Fernández.
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