Algo que ha dejado anonadado al pueblo llano sumido en las fiestas de agosto, algo que ha hecho que vuelvan a rememorarse hechos relacionados con el moro cuales son la Reconquista del Peñón de Perejil o la Marcha Verde que se saldó sin un solo tiro y con la entrega en bandeja del desierto a Marruecos: ellos también querían tener su desierto, al igual que Libia o Argelia, según me contó un guía en un viaje a Marruecos allá por los 80. Mientras tanto Marruecos ha crecido este año un 5% gracias a las inversiones españolas sobre todo. Y no se preocupen: Melilla seguirá siendo española y los hechos actuales son, como siempre, reflejo de problemas internos. Y tanto el numerito de Pons, político en activo del PP, como el desternillante de Aznar, el convidado de piedra de las Azores, son explicados a las mil maravillas por periodistas no pesebreros como Rosa Mª Artal, Enrique Meneses, Fernando Berlín o Escolar.net que los recopila.
Así Rosa Mª Artal:
“Rajoy, desde su silente descanso, ha desplegado a sus lugartenientes para avivar conflictos y sacar réditos políticos exacerbando los sentimientos primarios de los ciudadanos (que es la genuina definición de la demagogia). Según González Pons, se vive casi un clima bélico en Melilla y la culpa es ¿adivinamos? De Zapatero. Un periodista único, testigo presencial durante décadas de lo que allí ocurre, Enrique Meneses, da todas las claves de un problema, que no surgió ayer,en un artículo, que concluye:
“Nadie se ha querido parar a pensar que el rey alaouita tiene que tratar con mucho tiento el latente independentismo bereber”.
Y Fernando Berlín:
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